Carnicería punk: es un centro cultural independiente, una carnicería de barrio inserta dentro de unos block social en pleno Santiago centro, que ha sido intervenida sin modificar su estética de carnicería, para realizar los talleres literarios, presentación, lanzamientos de libros, lecturas poéticas, etc.

Editorial Moda y Pueblo: somos una editorial independiente, trabajamos a partir de la fotocopia y corchetera; ediciones limitadas y enumeradas que buscan ser vendidas a bajo precio y rescatar el concepto estético de fetiche del libro por medio de diseños de libros objetos, es decir reivindicar desde la cita comercial, al libro como un objeto único de arte, inclasificable e inencontrable.

miércoles, 29 de agosto de 2012

LEPORINA de Gabriela Contreras

 Leporina

Hace cuatro días que no abro la boca
Y me dices que te duele un país entero
Sobre los hombros
Mis movimientos mandibulares
No son un alivio para tí
Ni siquiera una pausa.

La geografía leporina de mi voz
Me oprime en las palabras que dibujo
Escondida en la casa donde cierro los ojos.

Yo no descanso de ti nunca
Me pesa la afonía de las voces
Que me circulan
si me quedo callada y escribo
Es por la fisura que prende mi quijada
y permanece temblando
y de tanto en tanto inicia un leve sonido invisible.

Yo no levanto la voz.



                                                     Santiago, 21 de agosto 2011

Cada poro que te sostiene
es un archipiélago de sangre
te molestan esas marcas 
que inscriben relieves a la caricia.
Tu boca desviada
ajena   a tus movimientos.
Estás blanqueando mis extremidades 
a ojos cerrados
yo protejo las alzadas 
de esa carne
con el rostro enfurecido y hambriento
quiero ser tu voz rota
sobre el final de mis dedos
voy a registrarme en tu cadencia
porque no hay lugar para mí en ningún cuerpo.




                             Santiago, 23 de agosto 2011

Inhalas mis contornos
como zurciendo un quejido
el desemboque de mi ansiedad
transita leve
por mis humedales.

Tu noche caída
exige mis torrentes
donde comprendo la brevedad de tus brazos.

La proximidad de tus huellas digitales
en las partes de mi cuerpo
que ahora se llaman distinto.





Gangrena

¿No sabes que cuando amas a alguien, nena,
Estás apostando  un poco de dolor?
-Janis Joplin-

Quédate en mi
Como una costra notoria
que se vuelva cicatriz profunda
una herida infectada
gangrena.

Yo no amputaré ningún espacio
para quitar tu fiebre.

Quiero que sigamos
el mismo ritmo de la sangre
que no me cure nadie
de lo que está fuera de tu nombre
ni del agotamiento
sobre mi anatomía de paquidermo.

Quiero que me mires
hasta que me disuelva
hasta que mis olores
se vuelvan grises
citadinos.
quiero que mañana
seas más bestial
para que no pueda levantar
Mi cabeza avergonzada.



Gabriela Contreras, escribe poesía en la Carnicería desde hace 2 años. Formo parte de los Talleres Literarios en Balmaceda Arte Joven, forma parte del Centro Cultural Manuel Rojas, y es parte del Taller de Avanzada de Moda y Pueblo que dirige Diego Ramírez. Ha publicado en al antología colectiva: "Violentista" (2011) y "Leporina", es su primer libro en la Editorial Independiente Moda y Pueblo.

lunes, 27 de agosto de 2012

"SALIBARIO" de Rodrigo Ortega





Esperanza con la Bandera


Encontré tesoros en la basura, tesoros y cáscaras de huevo de colores, y manzanas a medio comer, y los restos de las cosas que se destruyen, encontré animales muertos devorados por los gusanos, encontré collares y zapatos, encontré la ropa que ya no nos podemos poner porque no nos queda y las costuras cederían al primer intento, encontré viscosidades amarillas y rosadas, lo que no nos pudimos llevar, encontré un espacio grande para jugar contigo, envases vacíos, papeles manchados, encontré lo que no quisimos dentro del cuerpo y todo lo que nos hicieron comer.  La basura es el camino mas fácil para desaparecer, te cubre la transparencia, te envuelve el anonimato, como basura cometí mis primeros crímenes,  te los conté, porque los niños tienen prohibido besarse entre sí, hay espacios prohibidos para los niños, debajo de la cama es uno de esos lugares, detrás de las puertas, la piscina que se convirtió en basurero, sobre las rayas de la baldosa, sobre tu cadera, debajo de el cielo, detrás de los casilleros, entre las mesas de clase, debajo de la cama de tu mamá, de tu hermana, de tus perros, sobre el techo de nuestras casas, debajo de las alfombras, detrás de las cortinas, la oscuridad de mi pieza, la selva que se construía con los árboles cortados en invierno, detrás de los postes de la luz, de las panderetas llenas de arañas y vidrios picados que nos hacían sangrar.

**
No sabes que comprábamos hilo curado sólo para amarrarnos con el desnudos  y sangrarnos hasta que se nos fuera la pena, que de tanto tirantear se nos ponían las manos rojas y terminábamos chupándonos apurados los dedos, entre todos, manchándonos la boca, para que termine de escurrir la herida y mantener el volantín en el cielo, bien alto, hasta que nos fuéramos cortados.  


***
Yogurt

No alcanzo a ver qué cocinan sobre la mesa y me estiro hasta que se siente la tirantez de mis tendones desde el talón a la rodilla. Desde acá sólo hay pelusas y polvo acumulado que se mueve cuando ellas laboriosas soplan con sus escobas y me rasguñan con las cerdas plásticas. Desde abajo se ve que ninguna se ha pintado las uñas de los pies este domingo,  que se caen los pedazos de carne al suelo y las moscas se pelean por conseguir un poco y se trizan y se empujan y se enredan sobre la humedad de la carne y chupan hasta que se van volando, desde abajo nadie nos ve cuando no sabemos cómo empezar y terminamos con las manos embarradas de pura tentación, quiero lamer la tapa y comerme lo que queda en el pote con los dedos, quiero que me digas que tengo blanca la esquina de la boca y que me la limpies con tu lengüita con gusto a minipep, un besito con sabor a yogurt repartido por donde no se debe, una promesa a largo plazo, nadie mira detrás del mantel, hemos encontrado una trinchera, una casa club nuestra para empezar con el amor.


****

Somos nosotros, los que se trituraban la lengua chupando las paletas de la batidora, los que llenaban de sangre los utensilios de cocina, pidiendo perdón, con la boca colorada, nosotros tus orejas y mis pecas, colgados del camión de gas para prenderle fuego a las calles vecinales, nosotros, el futuro de chile, tu y yo, tus manos bonitas y mi nariz sangrentaria, chocándonos para alejarnos, como los tirachitos más lindos que pudimos encontrar en la cotona manchada de plasticina.

 
Rodrigo Ortega: Esta cursando cuarto medio, y escribe poesía en la carnicería punk desde hace 2 años. Ha publicado en "Violentista" (2011). Y participado en los Talleres literarios de Andrea Ocampo y Diego Ramírez. "Salibario", es su primer libro en la Editorial Independiente Moda y Pueblo.

martes, 14 de agosto de 2012

CUERPO ROTO de Constanza Marchant

Quien quiera que sea me nombró a matar, un extraño nos
observa desde su balcón y retazos de piel cubren el silencio
de  los  amantes  en  las  plazas  públicas.  Recuerdo  que
arrancó mi cabello y comenzó a deshilachar los secretos de
mi cuerpo, tantos muertos tantos, las calles se acomodan
entre mis brazos mientras una arpillera memoriza el rumbo
del tejido. Cada punto termina entre los rieles de su carne.


Retorció  las  paredes  de  su  recuerdo  alternando  el
movimiento de las manos con un "nadie debía saber". Su
falta  se  diluyó  bajo  la  cotidianidad  del  engaño  y  secó
nuestras cargas presionando la histeria de un balazo cojo.
Me duele un cuerpo que no es el mío, lo lanzo bajo mi
puerta,  sus  hijos  lloran.  Las  heridas  de  ésta  casa  le
pertenecen.



Caen mis años sobre sus vértebras, no conozco otra forma
de  tocarlo,  arrastrarme  por  el  tejido  de  su  tristeza  y
maldecir  los  puntos  que  se  fugan  entre  mis  piernas,
encontrar  en  cada  recuerdo  alguna  fotografía  de  él,  su
fracaso, y rasgar con los dientes la típica respuesta. Nos
rebalsamos  de nosotros  mismos, partiendo  la vergüenza
del  resto  porque  la  suya  lo  abandonó  llegando  a  mi
ombligo.


Sucede que la distancia no me cabe entre las costillas, ni
siquiera la parte que tememos nombrar, la forma que nos
niega  el  miedo  o  la  incapacidad  de  oprimir  su  carne.
Sabemos que lo merecía, sabemos, sabemos que la única
forma de morir como ella es saltándonos el aliento. Nos
quitaron la extensión del apego, los dolores que dormida le
engrifaron el hambre.


Busco su torpeza en el pasillo de mi espalda pero se vuelca
y yace vacía, entonces comprendo que él no está y procuro
revertir el ciclo, el origen ya no es el inicio y su semejanza
me es indiferente. Palpé lo que obtuve, di saltos sobre su
amparo burlando la seguridad de sus convicciones e intuí
que el daño se situaba en la frustración de los huesos. Su
espera no me fue suficiente, le opacaron la voluntad y de
entre las entrañas lo boté de mi cuerpo. El consuelo de su
reparo  derramó  hebras  de  orgullo  herido  para  zurcir  el
agobio de sus faltas y arrancar el interior de una súplica
poco juiciosa. Me detuve frente a la insensatez habitual de
su deterioro, lo vi arrastrarse cargando con otra similar a
mí, un pozo ceñido al coraje de sus recuerdos.




Constanza Marchant, 1988. Trabajadora Social y poeta, participó en los talleres “Poesía Cero” con Carlos Cociña (2009), “Poesía Chile” con Paz Molina (2009) y “Poesía Femenina” con Gabriela Gateño (2010), en el Centro Cultural Balmaceda Arte Jóven. Ganadora del concurso “De Local; Poesía y Cuento”, realizado por la Universidad Alberto Hurtado (2010), becada por la Fundación Pablo Neruda, La Chascona, durante el año 2011, ha publicado en diversas revistas literarias, en la antología de poesía “Memorias de un pájaro asustado” (2009) y en “Neo Pobreza” (2011). Actualmente es parte del “Taller de Avanzanda” de la Editorial Moda y Pueblo junto a Diego Ramirez.


lunes, 6 de agosto de 2012

"IGNIS" de Arturo Pinto

Y una bandera reclama mi cuerpo
Margina mi fetiche
 mi cólera mi rabia
Una pastilla margina mi fetiche
mi cólera y mi rabia.
Carta a Alejandra

Yo también miro como si nada pasara, lo cual es cierto
Y me pregunto si soy yo el que está debajo de la hierba
Mi revolución consiste en que quieras mirarme hasta hacerme polvo
No me extraño, todos ellos que soy me extrañan
Es una madriguera de animales heridos
¿Quién es yo? te preguntas
Soy un bostezo encarcelado
En las noches de este mundo, con tus ojos, con tus gatos
Me enseñaste que al final del laberinto
El miedo es muerte es amor
Que el silencio es miedo es amor
Estoy solo, por eso escribo
No, no estoy solo
Hay alguien aquí que llora
Un poco, como tu sonrisa
Cuando dije yo, dije un espino en llamas
Yo también hablo con mis muñecas que hablan
No te enojes porque a veces hablo de cosas que desconozco
Hablo del mar, de los gatos, de la luna, los espinos
Este que soy yo se desea otro y ese otro se desea otro
¿Qué pasa con estas negras letras?
Pasa que no son negras y ni siquiera son letras
Gracias por regalarme un infierno musical
Y la certeza de que nunca extraeré mi piedra
Mi único privilegio.

Solsticidio

Los soles se desangran unánimes  
Oblicuos sobre construcciones anónimas 
                                                   no reliquias
se extravían los mares sobre el sentido tácito
oportuno residuo de autónomos
unánimes esquivos escondites placenteros
la desidia son las ruinas de un mundo terminado
el desdén se pasea entre los dedos palpitantes
lisérgicos componentes químicos 
quiméricas niñas destructivas fluoresienten
ermitañas entre veredas y fluidos
son amargos los sentidos 
en sus verdes bicicletas
nos fragmentaron a la sombra de un respiro
interminables siempre 
vivas las espinas de tus dedos
en el epitafio nacen nuestros prólogos
las espinas amamantan nuestros soles
colgantes de arterias            
                                           rítmicas

ARTURO PINTO; participa del Taller Moda y Pueblo desde el 2010. Ha publicado en "VIOLENTISTA" y estos poemas son parte de "IGNIS" su primer libro de poesía, que se publicará en la Editorial Moda y Pueblo, 2012.