Carnicería punk: es un centro cultural independiente, una carnicería de barrio inserta dentro de unos block social en pleno Santiago centro, que ha sido intervenida sin modificar su estética de carnicería, para realizar los talleres literarios, presentación, lanzamientos de libros, lecturas poéticas, etc.

Editorial Moda y Pueblo: somos una editorial independiente, trabajamos a partir de la fotocopia y corchetera; ediciones limitadas y enumeradas que buscan ser vendidas a bajo precio y rescatar el concepto estético de fetiche del libro por medio de diseños de libros objetos, es decir reivindicar desde la cita comercial, al libro como un objeto único de arte, inclasificable e inencontrable.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Si Quieres Venir

Por: Javiera


Si quieres venir
te espero con mi vómito fresco
con mi piel en un plato
con mis pies bien lavados
con una gota de ácido en cada poro
con dientes de drácula
con los ojos bien lentes
y con la mirada bien cielo
con el pelo echo áfrica
y mis manos.
si quieres venir
te puedo picar la cebolla bien fina
te puedo dar la risa hasta q te duela el músculo
te puedo dar la sorpresa del infarto
te puedo sacar a bailar todos los pies
te puedo gritar hasta dormir
y rascarte la parte de la espalda que tu no alcansas.

Si quieres venir
te puedo llevar a pasiar
a la pileta del avión todos los días
como mi abuelo a mi abuela
y ver como las tardes se terminan.

Taller jueves - La Primera noche.-

modaypueblo (resistencia. taller de madrugada)


exitencialismo antes de escribir y hans pozo en la pared .-

la Javiera =)


la pizarra y el sueño.-


chikillos todos =)

trabajos a partir de una accion de arte: Javiera y el C.A.D.A , Francisco y el "Ay sudamerica", Lucas y Copello.

Lucas y javiera escribiendo.-

miércoles, 12 de septiembre de 2007

El frio se nos atora en el cuerpo

Por: Lucas Ríos


Es inexplicable como el frio nos atora las lenguas dentro de la boca, y los besos se desabrigan bajo las sábanas; allí en el vacío, porque nuestros cuerpos aún no están tan cálidos para derretirnos las manos por entre las ropas y poder tocarnos, y limitar la noche a un par de a-brazos antes de investigar el neón ciego sobre tus ojos.

Me dices que deje de temblar, que no me mueva para que puedas respirar, para que te calmes. Respiras: una, dos, tres y más veces mirando directamente el deseo de hilar las ideas que soñarás; ese cuento de no-terminar que me escondes al amanecer, porque sé que te deseas nevado frente a la erección de otro, y me dices que no te hable para que te salives sobre el brazo y no sobre mi olor.

Yo te repito insistentemente que no es culpa de mis dedos, ni del fuego que contengo, ni de tus palabritas cursi sacadas de algún libro, sino del frio que se me mete en la boca y me deja estupefacto al levantar mis párpados por encontrarte ausente sobre el aire; es el frío el que me ahoga cuando te respiro humo ante la realidad única de mi amor marchito.

¡Corchetéate la boca! – me insistes con tu dolor a imaginar, a aparecer sobre mis labios nuevamente, y yo en desespero golpeo tu mejilla roja por el sudor. Se te ciega el frio en las manos, e intervienes con tus siniestras palabras. Te levantas, me destapas sobre la húmeda atmósfera; te despojas de mi aroma y me miras por última vez; me deseas y quieres volver a apretar mi pecho contra el tuyo y buscar nuevamente lo que nunca encontraste al dormir junto a mí; me deseas y quieres volver a morder mis palabras que no escucharás jamás, y me miras por última vez la carne sobre el pequeño espacio en la realidad.

¡Vete! – te repito mil veces, cansando mi lengua y deseando que te quedes. Te lo repito para que entiendas que no lo creo, que no te creo, que no tengo miedo a la huída, al desierto de mi alma sobre mis manos; para que te mantengas sobre tus pies, inmóvil en mi cuarto y en mi sequedad de la noche, sin embargo tu no deseas posar más para lucir tu belleza en mi fealdad. Me miras y me lloras.

Para cuando ya has dejado de mirarme, el crujido de la puerta deja de sonar sobre mis piernas y mis rodillas, y mis lágrimas se cruzan para verlas en soledad, apoyadas en las sábanas que alguna vez tocaron tu voz; las mismas que alguna vez nos abrazaron juntos, sudando de miedo por desfallecer el deseo, acabando-nos en el día, en la noche y en los cuerpos.

Sólo, allí sobre la invisibilidad absoluta, en la noche nevada, el frío es más frío sin tu sangre, ni tu mirada cruzando mi piel. Allí sobre la imaginación, mi cuerpo se quiebra al escuchar por última vez el latir de un corazón, que se nubla al caer rendido ante la pelea incesante por intentar encender un deseo; un amor.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Diario de vida

Por: Francisco Villareal .-



31 de Julio
Diario. Hoy desperté con ganas de recordarlo, y no se debe precisamente al hecho de que haya soñado con él, estaba ahí, ocupando su sonrisa perfecta, perfecta para mí tristeza. Tampoco se debe a que haya leído unas tras otras las palabras que dejó tatuadas en hojas de cuaderno que ya no tienen ni su color ni su olor original, es que él ya no esta, y esas permanencias se hacen cada vez más difíciles, y sé que llegarán a un punto en que se harán imposibles. Tampoco se debe a que la única fotografía que tengo de él esté guardada en mi cabeza, o en mi memoria, o en mis palabras, y me duele el que no haya sido yo el que se la haya tomado. No, no, estas no son las causas de que yo haya despertado con ganas de recordarle, sé que hay algo más pero él ya no está para decírmelo.
5 de Agosto
Tengo la boca amarga de tanto amarlo, y él no se ha dignado a volver, no hay nada, ni siquiera una corta visita somnolienta, sólo espera, sólo esperar una llegada que es físicamente imposible, esperar acompañado de botellas vacías, de cigarrillos añejos y de canciones que ya ni siquiera es necesario volver a escuchar. No sé si mi cuerpo aguante más esta tristeza de no sentirle. No sé si mi mente aguante más el recordarlo. No sé si mi corazón aguante más este sentimiento de no tenerlo.
7 de Agosto
Diario.Estoy feliz, hoy me visitó, parecía un ángel, en realidad no sé si lo era, lo importante es que lo vi, lo vi, como en aquella fotografía, escuché sus palabras escritas, sentí su piel, era como nuestras canciones tocándome. Lo vi justo cuando pensé que ya no podía más. Lo escuché, me susurró al oído lo que debía hacer para que lo dejase de recordar, y solamente vivirlo. Quiere que viva con él para siempre y eso me hace tan feliz. Diario, te escribo a pesar de lo difícil que fue encontrarte, las botellas me lo impedían, mi cuerpo ya no aguanta más este alcohol que quema mis entrañas, pero eso ya no importa, mi cuerpo ya no tiene ninguna importancia, ahora sólo importa que estaré con él, bebo apresurado esta última copa, pues me dijo que cuando me la terminara, estaría para siempre con él, y ya no despertaría nunca más con ganas de recordarlo, ni con la boca amarga de tanto amarle.